Estoy viendo qué voy a leer esta noche (por la lectura de Bombplan del jueves pasado). Me pongo a revisar en mi librito súper inconcluso, ese que se llamará algo así como Bucólico paisaje de clase media. Pero me cuesta elegir. Tampoco son muy nuevitos. Algunos tienen ya más de dos años, por ejemplo. (UY! qué viejos, diría con ironía una poeta que conozco). Y bueno, es lo que tengo. Ahora, ¿por qué me resulta tan difícil elegir entre esos poemas? Hay una frase que me resuena en la cabeza cual pajarito de la propaganda: "cuando uno cree que el mundo es el propio jardincito, las labores de la casa y la olla que hace puf puf, ganó el otro", le decía Juana Bignozzi a Fondebrider en Ñ. Y esa frase es determinante. Es terrible. Medio lapidaria. Pero, lamentablemente, la creo. Hay que pasar la prueba de esa frase. ¿Qué es el mundo, qué es lo propio, quién es ese otro que ganó si uno cree que lo propio es tan pequeño? ¿Qué guerra debería uno estar peleando? S siempre me dice que hay una guerra, pero que está afuera. Yo, sin embargo, la veo adentro. Afuera también, claro. Pero sobre todo adentro. ¿Eso me coloca en ese universo de "la olla que hace puf puf"? Y sí, soy cola de paja. Hay algo en esa frase que me toca. Y para rematar dejo picando otra, esta de vez de Walsh, con quien me reencontré a partir de un libro que me tocó reseñar y que lo tiene en el centro de la trama: "pienso que la literatura es, entre otras cosas, un avance laborioso a través de la propia estupidez." Y buena semana.
1 comentario:
Qué lindo que está tu blog!
Tal vez un modo de salvarse de la olla sea al menos reconocer que el jardincito es, apenas, un grano de arena, que importa poco y al mismo tiempo es lo que más importa y, sobre todo, que hay infinitos jardincitos y ollas tan importantes o insignificantes como los nuestros.
Un besote.
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