jueves, 19 de febrero de 2009

Perdida en Uruguay

Dejen todo en mis manos, Mario Levrero. Mondadori
Fue uno de los libros que me llevé a Punta Rubia. Tenía mucha expectativa con ML. La novela luminosa, dicen, es lo mejor, pero ésta, más finita me pareció accesible para un primer acercamiento. Quizás me equivoqué. Se lee en dos días, o solo en uno si no se tiene demsiadas cosas para hacer. La leí en una playa desierta. No era el Caribe, no era África, era, casualmente, Uruguay Como había tan poca gente a mi alrededor y como casi se puede decir que durante todo el verano interactué solo con S y el pequeño L tuve la sensación, mientras la leía, de estar en cualquier parte del mundo. S hacía las compras –había que caminar 2 km. por la playa y estar dispuesto a venir todo cargado- así que ni siquiera llegué a registrar en qué moneda se hacían las transacciones o cuál era la condición del cambio.. Cuando conocí La Pedrera, el pueblo cercano, me pareció que bien podía ser cualquier pueblo sudamericano. Esta impresión le debe mucho a la novela de Levrero, a esos pueblos que describe el autor, Penurias y los demás. Y esas divagación o chiste que pareciera ser su incansable búsqueda de Juan Pérez o Juan López, ya no recuerdo y, obviamente, poco importa el nombre de este personaje. Esto es más o menos, lo único que puedo decir sobre la novela. Y que me pareció machista, pero probablemente sea parte de la construcción del personaje principal políticamente poco correcto, lo cual está bien. Quizás no haya sido la elección más acertada de mi parte. Lo peor es que a continuación agarré Las Cosas, que en el mientras tanto leía Las alas de la paloma y que la novela de ML se perdió a la sombra de otros tiempos en los que se podía seguir a través de muuuuchas páginas la interioridad de un personaje. Este tipo de novela esta casi muerta. Parece que ahora, la única manera de escribir es deconstruyendo –uy qué palabra pasada de moda, pero no se me ocurre otra- la narración. Prometo intentar con otra de ML -probablemente a trilogía, que me han recomedado mucho- a ver qué pasa. (O si es que pasa algo, o que ese “no pasar nada” al menos me deja algo en la memoria.)

3 comentarios:

mario skan dijo...

Somos varios los que leemos a Levrero, me parece que está un poquito de moda pero se lo merece, es un escrito atípico, sus textos se leen sin dificultad aunque tienen una carga de densidad razonable. Yo estoy leyendo La novela luminosa ( voy por la mitad de la primera parte, es un diario) y me estoy divirtiendo mucho con las historias: la de la paloma, la compu...

saludos y seguiré pasando

Anónimo dijo...

Sigo las reseñas, las pequeñas crónicas, las opiniones. Qué ganas de leer muchas cosas!

meridiana dijo...

Tenés razón Carolina, empezaste mal, o debido a mi particulares gustos, te diría que La Ciudad (1970) puede llevarte a otro Levrero posible.

saludos

Lilián