"Siempre me divierten tus estados de súbito este es el fin", me escribe una amiga, cuyo blog calurosamente recomiendo tierrastroll.blogspot.com (y su novela El molino editada hace unos años por Bajo la luna), en referencia a mis posts. Me dió mucha gracia, porque tiene razón: será que me cuesta tanto encontrar el tiempo para escribir en el blog (el hecho de que me hayan bloqueado lel acceso en la compu del laburo ciertamente colabora en esta dificultad) que cada vez que lo hago siento que va a ser la última. Eso sumado a mi percepción de la realidad: siempre en el límite con lo dramático (herencia clara de mi madre). Por suerte -¿o gracias a Dios?, qué dilema para un sábado a las 5 de la tarde- estos estados se combinan con días y días enteros en los que voy de acá para allá medio tentada de la risa. Digo: la realidad cuando uno logra no tomársela personalmente es muy cómica. Claro que cuando uno esta de malas es imposible no ver el maquiavélico plan gestado en contra nuestro, después de todo el sistema laboral es injusto, la paga es poca, las relaciones siempre son asimétricas, etc, etc, etc. Pero si uno logra tomar distancia, separar la paja del trigo y convencerse -no resignarse, eh, eso no, siempre vendrán días medio bajón para que uno recupere su justo enojo- de que hay cosas con las que, por más rabia que den, seguiremos lidiando, es posible tener un tono más celebratorio. En fin. Una recomendación par el fin de semana: Hebe Uhart.
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