De pantuflas y bata sentada frente a la biblioteca elijo libros para mis cuatro o cinco días de vacaciones urbanas y con niños pero vacacione sal fin. ¡¡No tengo nada que leer ni escribir por trabajo!! Entonces reordeno apenas mi biblioteca, recorro con la vista los estantes. Digo: los italianos acá, los alemanes -que no leí sino que son propiedad casi absoluta de S- para allá y me meto en la cama con una selección para nada arbitraria: es lo que pienso leer y leer estos días en busca de inspiración. Quasimodo. Un poema de Laura Wittner que salió en el último Diario de poesía (porque hace rato que quiero escribir sobre la playa y ella lo hace tan bien!!), John Ashbery y, cuando lo encuentre, mi querido Bonnefoy. Vuelvo a las fuentes. A meter en una bolsa todo lo escrito hasta ahora darlo vuelta y ver qué sucede.
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