viernes, 1 de noviembre de 2013

Compañeros de viaje



Tendría que estar terminando de leer la novela. Sólo me faltan 100 de un total de 512 páginas. Pero no puedo evitarlo, tan lejos estoy del "vacío interior" al que quiere llevarme mi maestra de yoga. Hace días que estoy sumamente desconcentrada. Mientras leo pienso, y mientras pienso escribo mentalmente. Por ejemplo: esta entrada del blog. La novela es The Marriage Plot, de Jeffrey Eugenides. Y es buenísima. LLeva tiempo. Al principio me desconcertó, me pareció un poco banal, las anécdotas de una estudiantina. Pero había que darle tiempo. Había que seguir leyendo. Confirma también una teoría secreta que tengo: cuando una decide qué leer -así a ciegas: yo no sabía que la novela era, en realidad sobre creencias, sobre formas de practicar esas creencias, sobre religión entre otras cosas- hay un espíritu superior que elige por una. O un aspecto superior de una misma. La novela es exactamente lo que yo tenía que leer en este momento. Hace tiempo -desde que me embarqué en este proyecto de escribir una novela- que no dejo de maravillarme frente al trabajo consumado: esos relatos que parece que han sido escritos así, a la corrida, sin que la autora o el autor se haya detenido a pensar cómo o de qué manera poner esto o aquello. Como iluminados.  Hay autores que dicen escribir así. Que aseguran no poder seguir si la página anterior no está perfecta, si no es la definitiva. En mi borrador todo es precario, provisorio, pero avanza. Por otro lado,  no puedo hacerlo de otra manera. Hace un par de semanas me encontré con una nota muy interesante de Matías Serra Bradford donde habla sobre esos compañeros de ruta que se eligen cuando una o uno escribe y que de alguna manera guían esa escritura. Bueno, Eugenides es  uno de los míos. Ese "look inside" al que nos invita la portada, esa posibilidad que da amazon para que se pueda mirar el libro, sin duda sintetiza lo que propone la novela: mirar dentro, muy dentro de los personajes, llegar a ser los personajes, llegar hasta la médula de Leonard, Mitchell y Maddie. Y a través de esa introspección en estos tres jóvenes armar una trama. Digo: esto se me ocurre es el método de Eugenides. Entrar, entrar lo más profundo posible, como quién se adentra en una experiencia mística. No detenerse, seguir adelante con lo que cada personaje propone. Darle voz, dejarlo ser. La novela se consigue en castellano: La trama nupcial. Y se las recomiendo fervientemente. 

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