Sí, estamos de vacaciones.
Y el primer síntoma que me hizo saber que me estaba desenchufando fue leer con placer. Sumergirme en la trama. No trasladar la lectura a mis propios proyectos de escritura. No leer con envidia -sí, a veces me pasa: me sincero al menos. Sentarme en el sillón del living con aire acondicionado y leer. O irme al bar de la esquina de casa sin culpa por dejarlo todo -al menos esa es la ilusión- y leer.
En Diciembre leí El molino de Mariana Docampo. Una amiga y buenísima narradora y poeta. Lo leí en tres días. Después: 76 de Bruzzone. Me encantó. Y los poemas de William Carlos Williams. La primera etapa, un tomo gruesísimo que me trajo S de San Pablo.
Ahora, la frutilla de la torta porque no hay con qué darle. Parece Dios o Maradona o Proust. Todo empieza y termina con él: James. Es lo mejor que leí, creo, en años: The Beast in the Jungle. Es cierto que soy de entusiasmos fuertes. (Ves la vida de manera demasiado dramática, me dijeron por enésima vez, hace poco). Pero en este caso, leer las primeras páginas es como una celebración de la lengua. Algo escribiré más adelante. Hoy en la cocina, charlábamos con S y le decía: es como si a James no le costara todo ese rodeo narrativo, como si el tipo se hubiese sentado en su escritorio y con una facilidad infinita hubiese empezado a contar la historia de los dos protagonistas. Digo: lo opuesto a querer "narrar" de manera original, o a la francesa (Saer, que me encanta, pero sí Saer o Pauls)... es decir: esa manera de narrar abarcando pasado, presente y futuro de las primeras páginas del cuento parecieran nacerle naturalmente al idioma. Ahí está: no se lo fuerza, emana, como si el inglés siempre hubiese sido usado de esa manera. Por otro lado -o en simultáneo- la trama existe, está y es igual de imporrtante. Y los personajes.
Bueno, me llevo a la playa: The Wings of the Dove (James), Las Cosas (Perec) -gracias a mi amiga Lu- y una de Mario Levrero que no es la luminosa pero a la que le tengo fe. Todavía me falta ir a Norte y elegir un par de libros de poesía.
Una pregunta final: todos los escritores/lectores/personajes de la cultura que dicen que van a leer la biografía de O.Lamborghini.... ¿pagaron los 220 pesos o se las mandó la editorial? ¿¿¿¿¿No es un poco mucho?????Una prueba más del snobismo reinante.
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