domingo, 17 de mayo de 2009

Más de Bucólico paisaje

La mujer sonríe, echa la cabeza para atrás
extasiada. El hombre mira a cámara, sostiene un bebé.
Se adivina el follaje de un parque
el clic de una máquina digital en automático.
Convivo con el gesto desproporcionado
de una mujer que no conozco.
La foto, –un amigo de la infancia que está enfermo
y vive en Paris- dice mi marido
deambula por la casa
como un espejo deformado de nosotros tres.

Ramas que se arquean sobre nuestra calle
inundan el barrio de una sombra apacible.
Los rayos llegan a destiempo
como empeñados en caer siempre
un poco por detrás nuestro.
No es el ritmo, ni el carácter de la marcha
sino la pregunta
¿cuál de nosotros se extravía
cuál muere, cuál es el que nos prolonga?

3 comentarios:

Marcelo dijo...

Hola Carolina. Es un placer leer tus textos. Me gustan mucho. Publiqué algunos en mi biblioteca.Hay una mirada muy sutil sobre lo cotidiano. Y en este poema es notable el desplazamiento del punto de vista, de la tercera, a la primera; de la vida (aunque estática) de la foto del comienzo, a la muerte; un viaje de las imágenes a la reflexión final.
Te dejo un saludo afectuoso

Paula Aramburu dijo...

hermoso poema caro, coincido plenamente con la excelente mirada crítica de "marcelo", que evidentemente dice estas cosas mucho mejor que yo.
es siempre un placer leer tus poemas y tus críticas literarias, hace unas semanas leí "los encubridores" de muriel spark, muy bueno!! y cuando tenga algo más de tiempo leeré "memento mori".
te mando un fuerte abrazo

Carolina Esses dijo...

Marcelo: gracias por el comentario!! Visité tu biblioteca y te dejé algo ahí... muy lindo el archivo de tu blog. Y Paula: mil gracias por la visita. Muriel Spark es genial, viste? Los encubridores es de locos.
Besos